lunes, 12 de agosto de 2013

Cara Y Sello : Capitulo I

Capitulo I: Comienzos

Los pasajeros del vuelo E-115 con destino a Nueva York, con escala en Panamá presentarse en la salida numero 3, con su equipaje y sus respectivos documentos

El sonido del altavoz retumbo en Andrés y lo hizo recordar los motivos de ese tan inesperado viaje al país de la estatua gigante, las grandes ligas de baloncesto y los inmensos casinos. Esto pensaba a menudo que iba emprendiendo paso en dirección a la salida numero 3, quería huir de Chile, este país lo atormentaba y no estaba condicionado para gente como él, ni como ella, Pía, el amor de los sueños de Andrés, que ahora el dejaba por huir de algo, o tal vez de alguien, eso solo lo sabia él, ¿Estaba preparando para una ciudad tan gigantesca como esta? ¿El gran coloso mundial no lo devoraría al pisar tierra norteamericana?

Todos se cuestionaban porque Andrés escapa del país, tan irrespetuosa y escandalosamente, ¿Habría cometido algún crimen? No nadie lo pensaría del niño Rodríguez, de ese pequeño e inocente muchacho, que hace algunos años recorría las calles de Las Condes en su singular bicicleta, acompañado siempre de Pía, la hija de la familia Bulnes, los dueños de una gran parte de terrenos en la comuna.

Andrés y Pía se conocieron desde pequeños, dado que el padre de Andrés, Alberto Rodríguez, era administrador de los terrenos de Don Máximo Bulnes, en aquellos tiempos el mas distinguido empresario de Las Condes.

La familia Rodríguez desde que Andrés recuerda, vivió en una casa anexa a la de los Bulnes, para que esto facilitara el trabajo y no hubiera más gastos extras e innecesarios, Andrés era mayor que Pía por un año, pero él se veía más adulto, si no fuera por su cara de niño, pocos habrían intentado dilucidar su edad
Eran estas cosas de las que se acordaba Andrés, al momento de tomar el avión con rumbo a Nueva York, en parte eran los motivos que lo hacían tomar esa decisión que él no entendía pero a la que solo accedía por el bienestar de Pía y de su padre.

Era extraño, el un chico de clase media-baja y ella una muchacha que siempre lo tuvo todo,  el destino era caprichoso, porque flechaba a dos personas, a las cuales les impedía estar juntos el solo hecho de una estigmatización social, no recordaba el día en el que empezó a enamorarse de Pía, fueron amigos desde pequeños, compartieron juegos y andanzas por las pequeñas calles de los alrededores.

Lo que si recuerda bien, fue su primer beso, era eso de las seis de la tarde de un día domingo, estaban escondidos tras un gran árbol, luego de haber roto una estatua de cristal de la familia Bulnes, Pía lo había hecho, pero tenia miedo de que sus padres la reprendieran y por eso corrió a esconderse, y Andrés la siguió, porque no quería que le sucediera nada, el la convenció de volver a casa, que el castigo seria peor si no los encontraban allá.

Al llegar a casa don Máximo Bulnes pregunto que había ocurrido con la estatua, Pía temblando del miedo, estaba dispuesta a confesar, y en el momento de dar un paso delante, el sujeto su mano y no la dejo avanzar, a lo cual el se puso delante y confeso que el sin quererlo rompió la estatua.

Luego de ganarse una gran castigo, el que consistía en cortar el césped de todo el jardín delantero, Andrés fue a dormir, al momento de abrir su ventana, estaba Pía fuera de ella, se le acerco y le dijo un dulce gracias, al momento que le tomaba el rostro con las manos y lo besaba.


Fue su primer beso, el tenia trece años y ella doce, lo recordaba muy bien, mientras buscaba su asiento en el avión, no quería irse, menos dejar a Pía sola en esa casa, pero debía hacerlo si quería que su padre estuviera bien.

domingo, 11 de agosto de 2013

La Costa Y La Moto: Capitulo I

Capitulo I :

Era un día lluvioso, como cualquier otro de ese mes, como vio que no iba a parar y ademas ya estaba retrasado, decidió emprender camino a su destino, saco su paraguas, y se dispuso a caminar, iba de abrigo, pantalón de jeans y unas converse, algo habitual en el ; se subió a su moto, una Lambretta antigua, clásica, italiana, y se puso a manejar hasta la costa, era un largo camino pero el debía hacerlo, era la promesa a su abuelo.

Luego de una hora y 45 minutos de trayecto, vio el mar, aproximándose esplendoroso hasta taparlo todo con su gran manto azul, que en días como estos, se veía mas agitado con la lluvia, estaciono su moto, se puso su sombrero y camino cuesta arriba hacia el risco. Al llegar miro al ancho y vasto mar, recordando a su abuelo, la emoción inundo sus ojos en forma de lagrimas, rezo a su manera, y emprendió camino hacia el centro de la ciudad. Pasaría 3 días allí hasta que llegara Anthony, su amigo al que esperaba con ansias, por el proyecto que tenían en mente, un taller de restauración de vehículos antiguos, ubicado en la calle cerca del mar.

Le aburrió la ciudad y un día decidió tomar su moto y largarse, encontró este pueblo, que desde que lo vio le fascino y pensó en establecerse aquí, pero no fue hasta ese día en que el tomo la decisión de venirse a el, vendió todas sus cosas, menos su compañera, la que lo llevaba a todos lados, y se fue, ante las protestas de su madre, al pueblo que tan poco conocía pero que tanto amaba.

Al bajar del risco, emprendió camino a la ciudad, busco un lugar donde quedarse, a un buen precio, mientras encontraba la casa que quería para vivir, después  de eso fue a caminar por la orilla de la playa.
cuando llego allí, alrededor de las 6 de la tarde, la lluvia ceso, pero el viento seguía y por lo que veía no tenia intención de dar abasto, gracias a ello su sombrero se elevo y cayo, un poco lejos de donde se encontraba, el diviso una sombra que lo recogía, apresuro el paso pensando que se lo llevaría, pero en cambio esa silueta se acerco a el:

- Esto es tuyo ? dijo ella.

El se detuvo un poco, no en el cuerpo de ella, sino en sus hermosos ojos, que le inspiraban una sensación de paz

-Oh cielos, gracias, es por culpa del viento que lo llevo lejos
-No hay problema- respondió ella alejándose

Vacilo unos minutos, pensando en los bellos ojos de aquella mujer

- Hey !, dijo el, pero ella ya se había alejado rápido.


Quedo pensándose unos momentos, pero luego decidió caminar, la lluvia pronto volvería y el no quería empaparse mas de lo que estaba. Llego a la posada en la que se empezaría a hospedar, se dio un baño de agua caliente, se vistió,tomo una taza de té y volvió a salir del sitio, esta vez en su moto.
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