Capitulo I: Comienzos
Los pasajeros del vuelo E-115 con destino a Nueva York, con escala en
Panamá presentarse en la salida numero 3, con su equipaje y sus respectivos
documentos
El sonido del altavoz retumbo en Andrés y lo hizo recordar los motivos
de ese tan inesperado viaje al país de la estatua gigante, las grandes ligas de
baloncesto y los inmensos casinos. Esto pensaba a menudo que iba emprendiendo
paso en dirección a la salida numero 3, quería huir de Chile, este país lo
atormentaba y no estaba condicionado para gente como él, ni como ella, Pía, el
amor de los sueños de Andrés, que ahora el dejaba por huir de algo, o tal vez
de alguien, eso solo lo sabia él, ¿Estaba preparando para una ciudad tan
gigantesca como esta? ¿El gran coloso mundial no lo devoraría al pisar tierra
norteamericana?
Todos se cuestionaban porque Andrés escapa del país, tan irrespetuosa y
escandalosamente, ¿Habría cometido algún crimen? No nadie lo pensaría del niño
Rodríguez, de ese pequeño e inocente muchacho, que hace algunos años recorría
las calles de Las Condes en su singular bicicleta, acompañado siempre de Pía,
la hija de la familia Bulnes, los dueños de una gran parte de terrenos en la
comuna.
Andrés y Pía se conocieron desde pequeños, dado que el padre de Andrés,
Alberto Rodríguez, era administrador de los terrenos de Don Máximo Bulnes, en
aquellos tiempos el mas distinguido empresario de Las Condes.
La familia Rodríguez desde que Andrés recuerda, vivió en una casa anexa
a la de los Bulnes, para que esto facilitara el trabajo y no hubiera más gastos
extras e innecesarios, Andrés era mayor que Pía por un año, pero él se veía más
adulto, si no fuera por su cara de niño, pocos habrían intentado dilucidar su
edad
Eran estas cosas de las que se acordaba Andrés, al momento de tomar el
avión con rumbo a Nueva York, en parte eran los motivos que lo hacían tomar esa
decisión que él no entendía pero a la que solo accedía por el bienestar de Pía
y de su padre.
Era extraño, el un chico de clase media-baja y ella una muchacha que
siempre lo tuvo todo, el destino era
caprichoso, porque flechaba a dos personas, a las cuales les impedía estar
juntos el solo hecho de una estigmatización social, no recordaba el día en el que
empezó a enamorarse de Pía, fueron amigos desde pequeños, compartieron juegos y
andanzas por las pequeñas calles de los alrededores.
Lo que si recuerda bien, fue su primer beso, era eso de las seis de la
tarde de un día domingo, estaban escondidos tras un gran árbol, luego de haber
roto una estatua de cristal de la familia Bulnes, Pía lo había hecho, pero
tenia miedo de que sus padres la reprendieran y por eso corrió a esconderse, y
Andrés la siguió, porque no quería que le sucediera nada, el la convenció de
volver a casa, que el castigo seria peor si no los encontraban allá.
Al llegar a casa don Máximo Bulnes pregunto que había ocurrido con la
estatua, Pía temblando del miedo, estaba dispuesta a confesar, y en el momento
de dar un paso delante, el sujeto su mano y no la dejo avanzar, a lo cual el se
puso delante y confeso que el sin quererlo rompió la estatua.
Luego de ganarse una gran castigo, el que consistía en cortar el césped
de todo el jardín delantero, Andrés fue a dormir, al momento de abrir su ventana,
estaba Pía fuera de ella, se le acerco y le dijo un dulce gracias, al momento
que le tomaba el rostro con las manos y lo besaba.
Fue su primer beso, el tenia trece años y ella doce, lo recordaba muy bien,
mientras buscaba su asiento en el avión, no quería irse, menos dejar a Pía sola
en esa casa, pero debía hacerlo si quería que su padre estuviera bien.
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